Inspiraciones para maridajes de
champagne y gastronomía

El maduro y opulento Grand Vintage Collection 2000 exige texturas igualmente complejas como, por ejemplo, un pescado firme que se deshace en el paladar, con un acompañamiento de tubérculos blancos en costra. El firme buqué del champagne requiere toques intensos y afrutados como el albaricoque, el higo, la clementina o el sésamo tostado. Contrasta con un ligero toque de jazmín, pomelo, especias dulces o pimienta blanca, sin olvidar una ligereza vegetal para lograr un maridaje lleno de paradójicas sorpresas.

El Grand Vintage Collection 2009 casa perfectamente con una combinación de «mar y montaña», por ejemplo jamón ibérico y calamares, para resaltar tanto la profundidad como la salinidad del vino. Dado su corazón carismático, se han de evitar tanto las texturas muy ligeras como lo fresco. El umami de las setas cocidas y el suave sabor picante de la nuez moscada o las sabrosas notas de las semillas asadas evocarán directamente el buqué único del Grand Vintage Collection 2009. Los aromas terciarios combinan con platos a la parrilla, flambeados, estofados o asados, mientras que los contrastes con una nota resinosa o vegetal verde realzan el conjunto, dando lugar a un maridaje resonante.

El Grand Vintage Rose 2016 casa muy bien con la carne de caza; mientras que una langosta de textura similar puede realzar los aspectos minerales del champagne. Los complementos han de presentar sabores florales como bayas rosadas y un toque de frescor cítrico. Se puede añadir contraste con especias aromáticas. Los sabores amargos y lácteos así como las texturas verdes y fibrosas no se adecuan a este maridaje, que debe mantener en su conjunto una ligereza sedosa y un toque rosado tanto en la presentación como en el paladar.

Las texturas que mejor casan con un champagne Grand Vintage 2016 son la carne, incluida la de caza, o el pescado tiernos y fundentes servidos con jugos cortos. El efecto igualmente tierno de un hinojo confitado, por ejemplo, añade una ligera neutralidad para que el champagne pueda desplegarse en su máxima expresión. Es conveniente evitar los sabores terrosos y los muy dulces, como las hortalizas de raíz. Un aderezo con un toque de anís convoca siempre esta larga nota de fondo en el paladar del champagne, realzada por frutas blancas y flores.

La 76.ª añada de Moët & Chandon, Grand Vintage 2015, evoca un despertar, los primeros e intensos rayos de un prometedor día, con un buqué sutil y tierno y, en boca, resulta directo y envolvente, marcado por un frescor floral.

La 45.ª añada de rosado de Moët & Chandon, Grand Vintage Rosé 2015, encanta por sus aromas de frutas negras maduradas al sol y matorral florido, mientras que su paladar gourmet resulta potente y especiado.

La 75 añada del Grand Vintage en la historia de la Casa nos narra la historia del año 2013. La estación está en sus sabores y aromas, una madurez expresada a través de notas otoñales y reflejada en su tono dorado y en sus burbujas persistentes.

Cada Grand Vintage Rosé es único y expresa la interpretación personal del año del maestro bodeguero de Moët & Chandon. El Grand Vintage Rosé 2013, la 44ª añada rosada de la historia de la Maison, tiene un carácter verdaderamente único.

2012, un año sin precedentes. Heladas, lluvias torrenciales, granizo, sequía… A un mes de la vendimia, la cosecha parecía perdida. ¡Pero un mes después, anunciábamos una de las mejores añadas de champagne! Esta cosecha extraordinaria inspiró a Benoît Gouez para crear un champagne Grand Vintage 2012 tierno, fresco y armonioso, evocando la suave transición entre la primavera y el verano.

El champagne Grand Vintage Rosé 2012 es fruto de un año de rendimientos relativamente bajos. Las uvas, tan notables por su índice de azúcar como por su acidez, son comparables a las de 2002, 1989 y 1966, grandes años de guarda. Fresca y delicada, la añada rosada 43ª de Moët & Chandon celebra la suavidad de la primavera y el comienzo del verano.

La gran cosecha de 2009 dio lugar a un magnífico champagne solar. Benoît Gouez quiso ceder el protagonismo a la variedad pinot noir, cuya potencia controlada es la espina dorsal del vino y le brinda su redondez. El resultado es un vino complejo, completo y envolvente, de textura sedosa. Un gran champagne gastronómico.

En 2009, unas estaciones bien marcadas permitieron cosechar una uva de una calidad espectacular para producir una añada rosada memorable. Benoît Gouez puso especialmente de relieve la elegancia aireada de la pinot noir, tanto en su expresión de vino blanco como en la de vino tinto. De un rosa profundo y luminoso, este gran champagne con cálidos aromas de bayas rojas es un himno a la cocina de verano.

Cada Grand Cru es único y expresa la interpretación personal del año del jefe de bodega de Moët & Chandon.

2002, una de las mejores añadas de la historia del champagne. Los racimos recolectados, de una riqueza inédita desde 1990, impulsaron a Benoît Gouez a elaborar un champagne Grand Vintage 2002 con una gran mayoría de chardonnay, para combinar la frescura y la opulencia. Fruto de una larga maduración en contacto con las levaduras, este champagne excepcional brinda toda su riqueza y complejidad con una energía intacta.

Cada Grand Vintage es único y expresa la interpretación personal del año del jefe de bodega de Moët & Chandon...

El champagne Nectar Impérial desarrolla un paladar voluptuoso, con una alianza de cremosidad y dinamismo. Rico y vivo, reinventa el concepto de champagne Demi-Sec, que se encuentra en el origen del champagne. Su dosificación le ofrece una dulzura suntuosa que le permite acompañar platos dulces-salados, tanto postres afrutados como sabores potentes.

El champagne Nectar Impérial Rosé es una expresión voluptuosa y golosa del estilo Moët & Chandon. Su color seductor, su carácter afrutado intenso, su boca suave y su hermosa frescura final completan una propuesta arrebatadora. Su riqueza sensual requiere maridajes suaves-picantes.

El primer champagne creado para degustarse exclusivamente con hielo! Una experiencia de degustación del champagne novedosa y rompedora, de extrema frescura. El champagne Ice Impérial se presta a sorprendentes asociaciones, a momentos de amistad y espontaneidad.

El champagne rosado se sirve con cubitos de hielo, preferiblemente en verano, en la mesa de una terraza. Su color evoca el rosa dorado de una tórrida puesta de sol en el horizonte. Sus aromas sabrosos de fruta jugosa, higo, granadina y pomelo rosa, invitan a la fantasía de los maridajes.

Impérial, nace del vínculo histórico entre el emperador Napoleón Bonaparte y la Maison Moët & Chandon, que visitó las bodegas en 1807. Desde entonces, el champagne Moët Impérial se ha erigido en uno de los grandes embajadores del champagne en todo el mundo.

El champagne Moët Impérial Rosé es espontáneo y radiante, que se inscribe en una larga tradición de elaboración de champagne cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. Se distingue por su color reluciente, notas afrutadas y sabores expresivos. El ensamblaje de vinos tintos y blancos hace posibles maridajes hasta ahora inusitados con carnes rojas, platos picantes o verduras de verano.